2 d’oct. 2012

Arquitectures III

 
"El ser humano, opina Gehlen, es el animal que aún no ha detenido su evolución; está abierto a las impresiones, es capaz de desarrollarse, se encuentra al principio de su clasificación específica. La mayor parte de su formación corporal está terminada; son las cosas immateriales las que ahora se ramifican, se difunden y se conservan. La plasticidad del futuro se desplaza en una nueva dimensión, la emanación del espíritu penetra a tientas en un espacio que se está abriendo. De eso deducimos con respecto a nuestro tema que no se trata de una pérdida del medio; el medio es inagotable: en las grandes culturas tan sólo se han presentado alusiones a ese medio. Pero la trayectroria de ese medio se dibuja con claridad, se dirige hacia esferas tensas: la conciencia y el espíritu; no se mueve en dirección del instinto, del calor afectivo, del idilio interior botánico-zoológico, cuidadosamente atendido; va en dirección del encadenamietno de conceptos rigurosos, de la superación de lo animal y hacia las construcciones intelectuales, para aclarar en un desvío productivo de íntimo misticismo formas unidas a la tierra; es la dirección de un mundo que quiere y que alcanza conciencia y expresón; se trata, en una palabra, de la trayectoria de la expresión; se trata, en una palabra, de la trayectoria de la abstracción."
[...]
"personalmente, considero que la poesía moderna no se presta a la recitación, ni en interés del poema, ni en interés del oyente. El poema penetra mejor leyéndolo. El receptor del poema tiene desde un principio una actitud diversa frente el poema, al ver cuál es su longitud y cómo están construidas las estrofas. Hace ya muchos años, al leer mis versos en la antigua Academia prusiana de Bellas Artes -de la que soy miembro-, decía antes de cada lectura: ahora viene un poema de, por ejemplo, cuatro estrofas de ocho versos cada una -en mi opinión, la imagen visual ayuda a la capacidad receptora-. Un poema moderno exige la impresión sobre papel y requiere ser leído; requiere las letras negras, gana en plasticidad echando un vistazo a su estructura y se vuelve más íntimo, si uno se inclina sobre un poema en silencio. Este inclinarse sobre el poema es necesario; citaré al respecto a un ensayista francés, que se ha referido recientemente a la lírica moderna francesa. Dice este crítico: no encuentro otra expresión para caracteritzar globalmente a estos autores que llamarles a todos poetas difíciles".


(GOTTFRIED BENN, Problemas de la lirica)