2 Julio de 1974
"El alcohol produce en nuestros sentidos una vibración que nos permite distorsionar nuestra percepción de la realidad y descifrar sus mensajes. Aquello que debía ser percibido como una totalidad llega a nosotros descompuesto y podemos así tomar nota de sus elementos y establecer entre ellos un nuevo orden de prioridades. Al beber cambiamos sencillamente de lente y recibimos del mundo una imagen que tiene en todo caso la ventaja de ser distinta a la natural. En ese sentido la embriaguez es un método de conocimiento. La embriaguez moderada, es decir, aquella que nos aleja de nosotros mismos sin despedirnos, no la borrachera, en la cual se rompe todo contacto entre nuestra conciencia y nuestro comportamiento."
JULIO RAMÓN RIBEYRO, La tentación del fracaso
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