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LXXXV
Sí, el corazón humano
Es incognoscible,
Pero en mi país natal
Las flores siguen
Oliendo como siempre.
(TSURAYUKY)
LXXV
Mientras remo por la planície
Del mar y miro a lo lejos,
Las ondas se confunden con
El cielo resplandeciente.
(FUJIWARA NO TADAMICHI)
LXVII
Puede que siga viviendo,
Involuntariamente,
En este mundo fugaz
Sin olvidar nunca esta
Luna de medianoche.
(EL EMPERADOR SANJÔ)
Recopilació original de Kennet Rexroth a Cien poemas Japoneses.
Traducció de Carlos Manzano.
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